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En 1986 el presidente de Maristas, Damián Caneda, divide el club en dos secciones: balonmano y baloncesto. Feliciano García Recio acepta la responsabilidad de hacerse cargo de la rama del balonmano.

En la temporada 1989/90 asciende a la Liga Asobal sin contar con extranjeros en sus filas y dirigido por Juanjo Fernández.

El equipo se mantiene, consolidándose en la categoría, en la campaña 1991/92, año en el que, además, se logra el título nacional en categoría cadete y el subcampeonato en juveniles. Otro hecho importante es que esta misma temporada la sección de balonmano del Club Maristas se independiza de la entidad colegial.

En la temporada siguiente, la 1992/93, comienzan a llegar las grandes estrellas del balonmano mundial. El equipo estaba integrado por nombres espectaculares, como Valeri Gopin, Ortega, Yukov, Andrei Chepkin, Gámez, Pérez Canca, Guerrero o Quino Soler. En este año se consiguen los mayores logros deportivos del club, con el sexto puesto liguero y las clasificaciones para la Copa Asobal y la Copa del Rey.

El Maristas comienza a pasar ya sus primeros apuros económicos en la campaña 1993/94. El club apenas se refuerza y se aprieta el cinturón aunque retiene a sus jóvenes valores y a Yukov y a Gopin. El 10 de enero de 1994 una tragedia sacude la entidad: Feliciano García-Recio Yébenes fallecía, justo cuando el equipo se preparaba para disputar un partido de la fase previa de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid. El club pasa por las manos transitorias de Quico Moreno, Antonio Manteca y Paco Moreno. Juan Antonio Moreno, tras abonar el aval de 10 millones de pesetas, retiró el dinero ante la imposibilidad de cubrir el presupuesto.

El 10 de julio de 1995, habiendo descendido, se logra recuperar la plaza tras la renuncia del Juventud Alcalá. Pero también se acaba renunciando a ella al no poder cubrir el presupuesto de ese año, provocando la desaparición del equipo.

Fuente: www.laopiniondemalaga.es